miércoles, 9 de mayo de 2012

Casa Taller "Las Nereidas" acompaña la celebración de abril




 
MANIFIESTO

Movimiento Estatuismo de Maracaibo                                           
Casa de Muñecas Las Nereidas
Universidad Nacional Experimental Rafael Maria Baralt
La Guarura, Sistema de la Palabra Libre y Militante
Museo Intinerante de San Benito
Desde hace cinco años todos los años, a finales de abril a principios de mayo, celebramos Abril porque estamos convencidas y convencidos que la señal de Abril es un encuentro necesario, pues es necesario que nuestros pueblos se sienten a conversar enteros, con todo lo que la vida en resistencia puede aportar para empujar junt@s Otro Mundo Posible, en el camino de las comunidades.
Y cuando decimos todo, vale como grande lo pequeño, vale lo pequeño como principal e importante, vale que una familia de luchadores rebeldes quiera recordar a su padre en la devoción que heredaron de el, al Santo Negro, vale compartir con otras familias y colectivos la memoria de un hombre en la fiesta de todos los hombres y todas la mujeres.
Por eso celebramos Abril empezando por nombrar en alto el nombre de Jesús Rojas Weffer, padre de los Rojas Gil, comunista, rebelde y devoto vasallo de Ajé quién ordenó esta celebración en un sueño. Y es que en nuestra casa la muerte no existe. Y es que en nuestra palabra no hay contradicciones entre las ideas emancipadoras y el conocimiento ancestral, entre ver por los nuestros y luchar por los nuestros, hacemos cada vez el trabajo de Dios, el trabajo de la Casa y el Trabajo de la Comunidad.
Celebramos Abril también para celebrar nuestro propio conocimiento, pues toda rebelión de los pueblos en resistencia es una revolución de los propios saberes, una revelación de la palabra política de los pueblos hablando por cuenta propia, hablando su propia metáfora de la realidad y de la vida. Por lo tanto en adelante celebramos abril para que nuestra larga primavera tropical arranque con una reafirmación de lo que hacemos y sabemos, una reafirmación de nuestra palabra propia, de nuestra propia ciencia, de la Otra Ciencia, la ciencia de los pueblos.
Celebramos Abril para contarnos, bailarnos y escucharnos, porque la organización de los pueblos siempre es una fiesta, porque nuestro conocimiento, el que dialoga con el mundo y nos da esperanza de emancipación y justicia, no está en los museos del saqueo y en las universidades coloniales que nos aburren, sino en el cuento entero e integral, libre y sin patentes, en el cuento que nos cuentan los mayores. Nuestros pueblos escriben en el viento.
Por eso Abril es el mes de nuestra habla, de nuestra música, de nuestros cuentos, de nuestras oralituras. Por eso lo celebramos.
Celebramos en Abril para sonar las guaruras de la negritud y de las comunidades Arawak y Caribes como legado de convocatoria para repensar nuestro camino desde las luchas y desde las comunidades, no lo celebramos para hacer y decir partido, sino para en el camino de las comunidades y desde la autonomía construir nuestra autogobernancia y nuestra propia soberanía.
Celebramos Abril porque SABEMOS, celebramos porque no ignoramos, aunque nos pongan alcabalas desde el poder para invalidar y detener el tránsito de nuestras ideas y opiniones, de nuestras certezas. Aunque desde el poder que impone sus cortas verdades juzguen nuestra voluntad de diálogo cómo ignorancia. Celebramos abril porque el diálogo es nuestra buena escuela, la escuela verdadera.
Celebramos Abril en pie de lucha y con la palabra en alto porque no nos hacemos los wilimei en la responsabilidad de acordar y trasmitir claramente la palabra del pueblo en lucha.
Celebramos Abril porque la autonomía del hambre (Gracias Toto) nos enseñó entre febreros y abriles que lo que necesitamos ya lo sabe nuestro corazón. y que ese toque en el pecho es un tambor sagrado que ordena nuestro hacer.
Nuestra palabra es el corazón de la fiesta. La felicidad compartida es nuestro milagro.
Juan Carlos La Rosa Velazco.

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